Por AZAZEL:
Al despertar de mi siesta me sorprendiò estar ya en el hotel de Oporto, este conductor es de esos a los que se les suben los caracoles a las ruedas mientras circula;
No conteis con Rixar si quereis disfrutar de una conducciòn deportiva (aunque fijo que conoce a alguièn que le gusta ir ràpido y os facilitarà su tlfno.).
Estamos en un hostal residencial, asì que no hay servicio de restaurante, solamente desayunos, Y he de admitir que està limpio, inmejorablemente situado y sobre todo me encanta el nombre de la calle; "Rua da Alegrìa", una buena elecciòn .
cerca de aquì se encuentra el Grande Hotel de Porto, que conserva el encanto de los hoteles del S. XIX y està bastante adaptado al S. XX, el mayor inconveniente es que està situado en Rua santa Caterina, que es peatonal, hay dificultades para acceder en coche, bolardos, y no tiene parking.
Yo me quedo con el Hostal Residencial S. Gabriel.
Hice una llamadas telefònicas, a ver como estàn mis Amigas osas Paca, Tola y Furaco, (parece que mi amiga osa "Paca" està preñada del Oso "Furaco" y querìa contactar y charlar con ella antes de que inicie la hibernaciòn).
Despuès de comprobar que ya no atienden al tlfno... (estas ya no reciben hasta marzo del año qe viene... )
Me lanzè escaleras abajo en direcciòn a mi cafè favorito, el "cafè Magestic", lleguè cuando el pianista improvisaba sobre temas conocidos...
El ambiente es de turistas, celebrando acuerdos y aniversarios con champagne... citas amorosas, muchos de los clientes y de los habitantes de Oporto son angloparlantes.
En el piso de abajo, al lado de los baños, tienen una sala con exposiciones pictòricas.
Durante bastante tiempo se hizo una tertulia televisada en la TV portuguesa.
La amabilidad de los portugueses es llamativa para un español, y para alguien como yo que estoy aburrido de que me ignoren o critiquen por ser de color verde y pequeñito, el cambio de pasar a ser tomado en consideraciòn y ser amablemente atendido es muy agradable.
En Oporto la gente se desvive por uno, te dan las gracias continuamente, "Obrigado".
No gritan, sonrìen.
Despuès de tomarme un cafè solo con una chocolatina envasada con el nombre del cafè, me escapè yo solito a tomarle el pulso a la ciudad, direcciòn La ribeira del rìo Douro
En rùa Sta Caterina hay castañeros, saltimbanquis y pedigüeños, amables tambièn.
En una calle, una obra habìa invadido parte de la acera y un cartel pedìa disculpas a los peatones por lo estrecho del paso...
Me detuve un rato en la estaciòn de tren de Porto, con sus murales de azulejos y su bonito reloj...
A continuaciòn pasado el Mc. Donalds de Porto con su àguila de piedra en la fachada
( que descripciòn màs exacta, "facha-da" juas,juas) y de ver su menu: que incluye las sopas de vegetales tìpicas de Oporto, me perdì por las callejuelas que hay despuès del edificio de la Bolsa.
Lleguè al Restaurante "Mal Coçinado" donde me colè al espectàculo de Fado en directo, y disfrutè del mismo degustando una botella del vino de Oporto.
Al finalizar el show ya era muy tarde, me puse una capa para pasar desapercibido y volví corriendo, con una trayectoria un poco curvilinea, !!este vino se te sube a la cabeza¡¡
al llegar al hotel, me metì en la cama e " ipso-facto" me dormì como un bendito, roncando, claro.
Me despertè al dìa siguiente,!! en la terraza¡¡, colgando de una pinza de madera:
Mi jefe y sin embargo compañero de cuarto es muy muy gracioso... !!me vengarè¡¡